El Cruce del Río

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Crónica del domingo 2 de septiembre de 2007 en Horeb

 

“Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.”

Josué 1:5

 

Una promesa cumplida a un siervo de Dios hace siglos de pronto es la promesa que un siervo de Dios de este siglo recibe como incentivo para lanzarse a una aventura de fe. Hace 9 años la Iglesia Bautista Horeb de México, D.F., recibió como su pastor al siervo de Dios Gilberto Gutiérrez Lucero, animado por la voz de Dios que prometía estar con él.

Se han vivido toda clase de experiencias en esta Iglesia desde entonces, luchas en las que Dios ha cumplido Su promesa, y muchas, muchas victorias para gloria de Dios.

El crecimiento ha sido explosivo a partir del 2002. Mucha gente ha venido y encontrado la luz de Jesús a través del poderoso ministerio de esta iglesia. Para dar cabida a todas estas personas, hubo necesidad de repetir el culto dominical una vez, luego dos veces y luego una más aun los sábados. El espacio no es muy grande y se han usado incluso los salones de clases con un circuito cerrado de televisión para incluir al mayor número de personas posible, 1500 en promedio. El crecimiento no se ha detenido y las estrategias para intentar compartir bendición con tantas personas y seguir recibiendo a las que van llegando nos llevó a dar un “Salto de Fe” extraordinario.

La iglesia tiene un sueño: adquirir una propiedad tan grande para albergar a las 10 000 personas que se tienen como meta para el año 2010. Un sueño demasiado ambicioso. Difícil de alcanzar, no imposible para Dios. Difícil para 1500 creyentes, no imposible para una congregación a la que Dios multiplique hasta 5000, 7000, 10000 creyentes. Imposible llegar a ser 10 000 con el edificio actual que ha dado ya su máxima capacidad. Solución: Un Salto de Fe transitorio. Rentar un local donde puedan congregarse 3000 personas en un culto. Abrir puertas para que la gente que llega a esta iglesia pueda permanecer porque cuenta con las condiciones que un nuevo lugar le proporcionan: estacionamiento, salones para clases, sanitarios suficientes y por supuesto un foro que será convertido en un santuario a Dios todos los domingos de 7 de la mañana a 3 de la tarde.

¿Locura? No, Salto de Fe. Se ha necesitado mucho valor para creer y obedecer las órdenes de Dios, que dijo: “marchen, y no miren lo que queda atrás sino prosigan a la meta”.

El domingo 2 de septiembre de 2007 una iglesia valiente, llena de fe tomó como equipaje las promesas de Dios y se lanzó a cruzar un río que Dios les puso delante para ir a conquistar.

La cita fue a las 7 de la mañana en el lugar de siempre, fueron llegando, expectantes por el cruce, los miembros de la iglesia. ¿Cuántos irían tan temprano a mostrar su adhesión a los planes de Dios? ¡el lugar estaba lleno! Hubo oración, hubo lágrimas de emoción, hubo un canto compuesto por un miembro de la iglesia específicamente para esta reunión, hubo unión al proyecto de Dios. A las 8 de la mañana el Pastor nos invitó a ayudar a cargar las cosas que teníamos que trasladar, flores, instrumentos musicales, las cosas que nos iban a ayudar a convertir en nuestro templo el nuevo lugar. Quiero guardar para siempre esa preciosa imagen en mi corazón: el movimiento espontáneo de tantos hermanos preciosos llenos del Espíritu Santo, cargando y moviendo los utensilios de adoración y luego uno a uno, todos saliendo del lugar con esa obediencia y entrega a los planes de Dios, nunca lo olvidaré. A las 8:15 de la mañana, como un solo hombre nos dirigimos al Gran Forum del Sindicato de Músicos, ubicado en Taxqueña.

¡Qué día! ¡Cuánta bendición derramada! Esos fieles hermanos se dieron cita ahí en número de 2000 personas, el lugar estaba lleno, hubo que poner más sillas en el transcurso del culto porque llegaron más personas de las esperadas. El desayuno, la alabanza, la predicación, la comunión, el trabajo y la entrega fueron superlativos ese domingo. 2000 corazones buscando el rostro del Señor por primera vez en la nueva casa, unidos para emprender los sueños de Dios.

Definitivamente, Dios ha comenzado una nueva era en la vida de esta iglesia. Esperamos en Su Gracia y Poder para pelear valientemente por nuestro Capitán en Jefe los retos que nos ordene. Hemos cruzado el río, estamos listos para conquistar. Porque “uno mayor que el Templo está aquí” se llama Jesús.

[fin del articulo del cruce del rio]

En estos últimos años, el crecimiento de Horeb ha sido extraordinario:

En cuanto a los congregantes: en vista de que no se manejaban estadísticas al respecto, antes de 1998, no podemos saber cuántos asistían, sin embargo la asistencia por semana no pudo ser mayor de los 350 miembros, que son los que llenan el templo. Ahora somos más de 3000 congregantes por semana.

Es decir que, definitivamente Dios nos ha hecho mucho más prósperos en estos últimos años.

Si pudiéramos numerar el crecimiento en los ministerios, estrategias, obras nuevas, gente involucrada, discipulado, etc., podríamos hablar de un crecimiento arriba del 1000%, definitivamente hemos sido bendecidos.

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